Les escribo un poco desde la sombra que proyecta mi sucio y desgastado
blog con el fin de hacerle llegar a quien le quepa el poncho unas
palabras.
Hablo desde mi propia visión y mi experiencia personal. A pesar de lo
que ustedes piensen existen y siempre existieron toda una gama de colores
de pensamiento que hacían a este mundo un lugar mucho más sabio y por sobre
todo, mucho más bello. En los últimos tiempos hemos sido víctimas de una
coloración verde musgo que lo tiño todo. Ustedes han logrado repartir las
cartas en dos bandos usando un aparato propagandístico viral casi nazi. Han
logrado catalogar el pensamiento general en dos canales que parecen absorber la
pluralidad que antes existía. A tal nivel que en mi corta experiencia cívica
anhelo los tiempos de los cacerolazos, de la política en la calle, de la cara
del vecino en el fuego de las gomas que se prendían espontáneamente. Yo que no
tuve mayo francés, ni mucho menos recuerdo aún el brillo en los ojos de mis
amigos en las largas noches de verano en las que volteamos a un presidente. Y
me dio que pensar eso, te lo juro. Se me clavó en el cerebro una idea vaga de
lo que estábamos construyendo. Y Facebook todavía era una página para ver fotos
de tus amigos que estaban lejos.
Nos comimos en barra la libre expresión y nos pusimos las botas de la
revolución para decir en mas caracteres que Twitter los que se nos venga en
gana. Pero ustedes ideólogos de la revolución, defensores de las democracias,
pensadores de izquierdas derechizados y filósofos derechosos devenidos en
cobardes izquierdosos. Han logrado generar un caldo en el que sólo hay dos
formas posibles de entender una idea. la Tuya, o la de tu tía. Y lo demás no
importan nada (seremos libres?). Las formas se convirtieron en banderines de
dos colores en los que te toca elegir uno y pararte a tomatear desde ese lado.
No. No amigo, no hay sólo dos formas, existe un abanico exageradamente variado
de pensares, saberes y conversaciones en los que estas incluido pero que no
excluyen a nadie. No voy a comprar las opciones esperadas ni voy a ponerme la
remera que me dan en la puerta. Y los bunkers no son las islas de la resistencia
y los símbolos no son el fuego y el hielo. Son ustedes los que están peleando
esta batalla idiota mientras nosotros (si nosotros) los miramos aporrearse con
batatas.
La realidad sorprende a veces y espero que esta vez haga su magia y en
un rato nos demos cuenta de lo bueyes con los que aramos.
Hace rato que me vengo fumando sus carteles. El pensamiento crítico
debería ser la molotov de sus luchas, pero resulta que la cita y el retuit son
la moneda más corriente en la maquinita de café en la que estamos montados.
Pensar es una herramienta, una de las más potentes. Y el brillo de lo que eso
genera supera cualquier ocurrencia de otro en la distancia. Hagamos un parate,
miremos lo que creció al lado y no le pongas un cartel que diga lechuga a la
lechuga y rabanito al rabanito. Aprende a leer entre líneas que no sean las de
los diarios que ellos escriben y que vos compras para sentirte parte de algo.
Somos unos boludos y además somos una bocha así que dejemos las piedras, guardémoslas
para las luchas que valgan y dejemos las banderas impresas en la misma fábrica
de boludos en la que compramos una ideología hecha a la medida de nuestros
calzones (que los venimos usando desde que éramos pibes en las urnas).
Agarremos al toro por el culo porque en las astas ya están todos los hijos de
putas agarrados y dejemos de pensar en gris clarito porque existe un ladrillo
de pantone que me dieron ganas de arrojarlo a tu cabeza.
Y no te pongas a gritar en letra grande en tu pared blanca y azul de
facebook porque ese ruido es tan fuerte, que ya casi ni se escucha. El Punk
murió hace rato y si no empezas ya a tocar la guitarrita vas a seguir tocando
las canciones que ya no dicen nada.