jueves, 24 de octubre de 2013

Manifiesto.

         A veces escribo de golpe, con fuerza. Como salen las palabras.

      Soy una persona del dibujo pero a veces necesito escribir. Plasmar letras chiquitas sucedidas unas por otras generadas desde el devenir de la historia de la humanidad, letras pequeñas de computadoras. Con serif , Sans serif, hormigas de palabras que se amontonan en mis dedos como una electricidad.

             Soy un hombre del dibujo y escribo igual que dibujo por intuición sin mirar, sin ver, con el boceto a la vista con la energía del texto que fluye. No pretendo ser un escritor y no pretendía pero me gané el puesto en el lugar del dibujante  a fuerza de dibujo compulsivo. Escribo dibujo, dibujo y escribo y no soy grande en ninguno de los dos casos, pero dibujo escribo, disfruto. Me alegra plasmar en palabras o en líneas las ideas.  Siempre pienso en que voy a dibujar para toda la vida y es que regalo increíble recibí de algún lado, dibujar.

            Como hay gente que vive sin dibujar. me da escalofríos pensar en no dibujar, es un necesidad de mi cuerpo. De mi mente. A veces me despierto en medio de la noche y me quiero levantar a dibujar. leo y escribo sobre dibujo también, dibujo lo que veo, escribo lo que dibujo y viceversa.  Y dibujo también lo que se me ocurre se me cae del cerebro algo al papel, a veces dibujo como quien camina sin rumbo y algo aparece y no puedo evitar maravillarme no del dibujo en sí, sinó de que eso salió de algún lado que yo no estaba viendo dentro mio. Así que escribo y dibujo y veo.

          Dibujo con el ojo no con el dedo ni con la palma de la mano. Siempre pienso que si me dejan en una isla desierta dibujaría igual sobre la arena porque está ahí en mi naturaleza. Así como está en la naturaleza de otro ser un pescador o un ladrón. Yo soy un dibujante.

Bueno por qué escribo, por qué dibujo, por qué veo. Porque me resulta natural e imposible no hacerlo.

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