viernes, 15 de enero de 2016

Queridos votantes de Macri y de Scioli.

Les escribo un poco desde la sombra que proyecta mi sucio y desgastado blog con el fin de hacerle llegar a quien le quepa el poncho unas palabras. 
Hablo desde mi propia visión y mi experiencia personal. A pesar de lo que ustedes  piensen existen y siempre existieron toda una gama de colores de pensamiento que hacían a este mundo un lugar mucho más sabio y por sobre todo, mucho más bello. En los últimos tiempos hemos sido víctimas de una coloración verde musgo que lo tiño todo. Ustedes han logrado repartir las cartas en dos bandos usando un aparato propagandístico viral casi nazi. Han logrado catalogar el pensamiento general en dos canales que parecen absorber la pluralidad que antes existía. A tal nivel que en mi corta experiencia cívica anhelo los tiempos de los cacerolazos, de la política en la calle, de la cara del vecino en el fuego de las gomas que se prendían espontáneamente. Yo que no tuve mayo francés, ni mucho menos recuerdo aún el brillo en los ojos de mis amigos en las largas noches de verano en las que volteamos a un presidente. Y me dio que pensar eso, te lo juro. Se me clavó en el cerebro una idea vaga de lo que estábamos construyendo. Y Facebook todavía era una página para ver fotos de tus amigos que estaban lejos. 
Nos comimos en barra la libre expresión y nos pusimos las botas de la revolución para decir en mas caracteres que Twitter los que se nos venga en gana. Pero ustedes ideólogos de la revolución, defensores de las democracias, pensadores de izquierdas derechizados y filósofos derechosos devenidos en cobardes izquierdosos. Han logrado generar un caldo en el que sólo hay dos formas posibles de entender una idea. la Tuya, o la de tu tía. Y lo demás no importan nada (seremos libres?). Las formas se convirtieron en banderines de dos colores en los que te toca elegir uno y pararte a tomatear desde ese lado. No. No amigo, no hay sólo dos formas, existe un abanico exageradamente variado de pensares, saberes y conversaciones en los que estas incluido pero que no excluyen a nadie. No voy a comprar las opciones esperadas ni voy a ponerme la remera que me dan en la puerta. Y los bunkers no son las islas de la resistencia y los símbolos no son el fuego y el hielo. Son ustedes los que están peleando esta batalla idiota mientras nosotros (si nosotros) los miramos aporrearse con batatas. 
La realidad sorprende a veces y espero que esta vez haga su magia y en un rato nos demos cuenta de lo bueyes con los que aramos. 
Hace rato que me vengo fumando sus carteles. El pensamiento crítico debería ser la molotov de sus luchas, pero resulta que la cita y el retuit son la moneda más corriente en la maquinita de café en la que estamos montados. Pensar es una herramienta, una de las más potentes. Y el brillo de lo que eso genera supera cualquier ocurrencia de otro en la distancia. Hagamos un parate, miremos lo que creció al lado y no le pongas un cartel que diga lechuga a la lechuga y rabanito al rabanito. Aprende a leer entre líneas que no sean las de los diarios que ellos escriben y que vos compras para sentirte parte de algo. Somos unos boludos y además somos una bocha así que dejemos las piedras, guardémoslas para las luchas que valgan y dejemos las banderas impresas en la misma fábrica de boludos en la que compramos una ideología hecha a la medida de nuestros calzones (que los venimos usando desde que éramos pibes en las urnas). Agarremos al toro por el culo porque en las astas ya están todos los hijos de putas agarrados y dejemos de pensar en gris clarito porque existe un ladrillo de pantone que me dieron ganas de arrojarlo a tu cabeza. 
Y no te pongas a gritar en letra grande en tu pared blanca y azul de facebook porque ese ruido es tan fuerte, que ya casi ni se escucha. El Punk murió hace rato y si no empezas ya a tocar la guitarrita vas a seguir tocando las canciones que ya no dicen nada.